Fue un
amor a primera vista, desde que lo vi me di cuenta de que era diferente a los
demás. No me equivoqué, es perfecto en todos los aspectos. Nuestro romance dura
hasta hoy. Jamás pensé que fuera tan especial para mí. Me hace sentir muy bien
de la cabeza a los pies, sin complejos. Consigue estremecerme como no lo había
logrado nadie. Me da todo lo que quiero, es mi adicción particular, mi
incontrolable y deseada dependencia. Es perfecto, siempre dispuesto y discreto,
no te pedirá ser lo que no eres. Nunca me cuestiona mis caprichos ni mis
excentricidades. En ocasiones le digo que desde que lo hice mío, cada día
sucumbo más a sus encantos, a su siempre predisposición. Su adicción me ha
vuelto menos sociable, estando con él es suficiente. De manera cariñosa le
llamo moradito. Es mi deleite y mi placer, mi querido vibrador.