lunes, 23 de julio de 2018

La estación



Bernardino Fuentes corría calle abajo como si le quemaran los bolsillos y quisiera agua para refrescarlos. Apolonio el cabrero le había dicho que buscara al alcalde urgentemente para darle el aviso que acababa de susurrarle al oído, y que no debía contárselo a nadie antes que a él. Llegó a la puerta del ayuntamiento, subió escaleras arriba hasta el despacho del alcalde. Llamó y sin esperar respuesta entró, sin recobrar el aliento se dirigió al alcalde y le dijo:
- Don Fulgencio, Apolonio el cabrero dice, que la primavera ha llegado.

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