martes, 23 de junio de 2020

El labrador de almas


A Bernardo
Había un cartel en un huerto que decía: El cuerpo es un mal por las necesidades que crea al alma y porque le impide al hombre buscar la verdad. Platón. Su dueño era un labrador llamado Freung, se dedicaba a cultivar almas necesitadas. 
Un día apareció plantada un alma sin luz, muy triste. Freung se acercó a ella y le preguntó por qué estaba en su huerto, con la voz entrecortada esta le contó que una mañana empezó a notar que su luz era tenue y temía acabar apagándose. El labrador la acomodó en el huerto, prometiendo que se encargaría de su cuidado. El alma en ese momento sintió que su luz comenzaba a brillar un poco más, notando una atención especial. Día a día se fue transformando en un proyecto de la razón y su intelecto fue siendo mitad racional mitad emocional. Llegó el invierno y la tierra endurecida por el frio la paralizaba, Freung la cubrió con una manta de introspección, tejida con razonamiento, reflexión y libre albedrío. A veces le ponía una bufanda con un poco de egoísmo mezclado con sensatez. Pasaron las estaciones una tras otra, así repetidas veces, sintiéndose con una luz especial, con solidez intelectual no exento de sentimientos. Una tarde, cuando llegó Freung le comentó lo sucedido, que sentía como la fortaleza empezaba a notarla en el razonamiento reflexivo y la aceptación de su yo. Con total tranquilidad, el labrador le dijo que cuando decidiera podía salir de su huerto. Su poder madurara aún más fuera de allí y que observara si necesitaba volver a recomponer sus energías. Le salió una lágrima que inundó sus sentidos, no sabía lo que sería de ella fuera del huerto. Libre, encaró su camino y no paró, siguió andando, mirando varias veces hacía atrás, atemorizada. Respiró profundamente, se puso erguida y con paso firme dio comienzo su nuevo ser, un alma con una luz y un brillo particular.
El labrador se despidió diciéndole: - Eres libre, vive tu vida sobre el papel y tu luz brillará eternamente.


miércoles, 17 de junio de 2020

Papel higiénico






- Como observan, este magnífico cuadro se llama, El huérfano.
No se sabe por qué en el momento más crítico de la pandemia, apareció solo encima de la mesa este rollo de papel. Observen como ya está empezado, por tanto alguien abandonó este preciado tesoro.

Amantes






Su piel suave como la de un melocotón, su figura de una diosa africana. Yo, con el paso del tiempo marcado en mi cuerpo, no podía creer que me amara, que fuera capaz de dejar todo y empezar de cero. Me dijo que lo haría y cumplió su palabra.

Muñeca





Desde niña ya me llamaban así. Fui creciendo, no le di importancia y seguían llamándome igual. Mi primer novio le hizo gracia y no sabía ni mi nombre verdadero. Me lo creí tanto que no me importó que me llamaran muñeca, ahora por fin con toda la razón.

La gallina


-Señor, dice mi mamá que le devuelva la gallina. -tranquilo que no voy a hacerle nada -mi amigo miguel dice que las mata -no, dile que estás gallinas ponen huevos -gracias señor -ven a verla cuando quieras -¿mañana? -siempre que te apetezca vienes -adiós señor

La amante


Que tú mujer está arriba es lo que menos me importa. Lo que vengo a decirte es que estoy embarazada y es tuyo. Que poca vergüenza preguntarme de quién es. Eres con el único que me acuesto y te recordaré que me prometiste divorciarte. Así que, lo haces o subo y le cuento todo.

Señales


Lo ve como señalo yo, con la derecha hacia allá y esa mano señala al revés. Va a tener que ir a cambiarla, no tarde que yo a las once me voy y aquí a los conductores les señalas la dirección o no salen de la rotonda. Ve aquel vehículo como no para de dar vueltas.

El colchón


Se lo dije a Mary, que me llevaría el colchón. Ella se piensa que soy tonto, pero que hace ahora ella con una cama sin colchón. Lo vendo y por lo menos me darán para una botella de ese licorcito de San Diego tan sabroso. Es la quinta vez que me echa, ya le he dicho que la última.

La modelo


Actriz, me dice. Eso es de ser una fresca. Y la cara que pone de gua..., me callo y que Dios me perdone. Cuando la tenga delante voy a decirle cuatro cosas que sus padres no se atreven. Si mi marido viviera ibas a ver. Mañana pondré una vela y rezaré por su salvación.

domingo, 7 de junio de 2020

Pata palo



Cuando era niño soñaba que era pirata. En las mañanas, la bañera era mi barco con cañones. Mientras me bañaba combatía y empuña el sable de capitán para combatir cuerpo a cuerpo. Después bruñía su hoja impregnada de sangre. Soñar de día era más divertido.


Beso ciego



Nuestros rostros desconocidos como el sabor del beso. No sabrás a quién amas, ni a quién entregas tu alma, hasta que la muerte nos despoje del sudario. Mostrándonos tal como somos, inertes ante cualquier presencia. Desnudos de cuerpo y alma ante los ojos de mundo.