Nunca
pensé que una de mis películas favoritas fuera el guion de mi vida. Se coló
inesperadamente, a las bravas, un Alien en mi cuerpo y se convirtió en un
huésped indeseable. La diferencia entre un Alien y el otro es que el de la película
buscó la salida para vivir y el mío la salida la busco yo. Lo que ignora el
maldito Alien es que caerá conmigo y no me sobrevivirá, eso alivia.
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