viernes, 9 de diciembre de 2011

El Picahielos





Iba en el autobús, sin saber por qué se giró y lo vio.
Se cayeron bien desde ese momento. Quedaron para pasear en la playa y conocerse. Quedaron por segunda vez en el merendero rosa de la playa. Se pasaron toda la tarde paseando por la orilla.
La acompañó hasta su casa y ella le invito a subir. Sacó una cubitera con hielo y una botella de Burbon que dejó encima de la mesa del salón. Cogiendo el picahielos de la cubitera se abalanzó sobre ella y sujetándole la cabeza se lo clavó por el ojo izquierdo.
Al día siguiente los periódicos dedicaban la portada al asesino del picahielos.

miércoles, 26 de enero de 2011

La luna llena 2

Todo el pueblo se reunió en el bar a estancias del alcalde.
El herrero llevó lo acordado. Una de las escopetas pertenecía al alcalde, al que se le consideraba un excelente tirador. De un solo disparo mató un jabalí tan grande como un hombre.
Salieron cuando empezaba a atardecer.
Una vez adentrados en el bosque se oyó un pequeño chasquido delante de ellos. Allí estaba, frente a frente mirándolos. De un salto se abalanzó sobre el alcalde, que con un disparo certero lo derribó mientras le caía encima. 
Herido en un brazo se levantó y cogiendo la escopeta  le disparó otro tiro en el pecho.

martes, 18 de enero de 2011

La luna llena

Iba corriendo desesperado por el puente adoquinado y resbaladizo que lleva al pueblo.
Estaba anocheciendo y la luna llena se escondía entre las nubes como si presagiara una desgracia y no quisiera verla.
La respiración entrecortada hacía que se parara de vez en cuando para no desfallecer y llegar a tiempo.
Se dirigía a casa del médico que se encontraba en la otra parte del pueblo, por fin llegó y en ese momento el médico abrió la puerta.
Fue cuando las nubes se retiraron y apareció la luna con todo su esplendor.
Se abalanzó sobre el médico y de un mordisco en la yugular le desgarró todo el cuello, dejándolo, desangrándose en medio de la acera.
Salió corriendo hacia el bosque que rodeaba el pueblo mientras solo se oían pasar los cerrojos de las puertas.