miércoles, 14 de noviembre de 2012

Reencuentro




Sus labios perfilados se contraen para dejar escapar un silbido corto a lo que sorprendida al reconocerlo se gira con angustia. Llevaba solo dos días sin verlo y parecían dos años.

Se dirigió hacia él con unas ganas locas de echarse en sus brazos. Le vinieron a la mente los días de paseo por la playa en otoño y como en primavera iban a la montaña a hacer senderismo.  Los veraneos en el pueblo, las tardes de invierno junto a la chimenea, relajándose, junto a una luz tenue.

Nunca una perra se alegró tanto de ver a su dueño. 

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