Su frente apoyada en el cristal helado de la ventana, hacía que al respirar se empañara y no le dejara ver bien. Con la mano limpió el cristal y vio como una persona cruzaba la calle.
Llamaron por el telefonillo, Julia preguntó quien era y nadie contestó, bajó corriendo los trece escalones hasta el
zaguán del patio, abrió la puerta y allí
no había nadie.
Hoy era el aniversario de su boda y saldrían a cenar a su
restaurante favorito y después irían al
cine a ver una película.
El retraso inusual de Mario la estaba poniendo nerviosa,
yendo de un lado a otro de la casa.
Mientras esperaba sonó
el teléfono. En ese instante entró por la puerta. Julia cogió el teléfono
y al otro lado una voz de mujer preguntaba por Mario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario