Hay
un país en África llamado Benín, bañado por el rio Níger.
En él existe un poblado de la etnia
Adja,
cerca
de
las montañas. Cuentan
quienes
lo han visitado, que hay un hombre al
que
llaman el escuchador. Su
nombre
es
Boubé,
como uno de sus
antepasados.
Tiene mujer e hijo y es pastor de un rebaño de ovejas.
Lo
consideran un hombre bueno. Dicen quienes lo conocen que Boubé
es diferente, cuestiona todo lo que le rodea.
Sabe leer y escribir y como no, escuchar.
Ese
hombre se dedica a escuchar a todos los habitantes del poblado.
Serán
los días de luna nueva y
por orden de llegada
a
su cabaña.
Un
día, salió del poblado dirección a las
montañas. Llegó a la que llaman Montaña Bombaro. Se sentó en su
falda a meditar, como solía hacer después de cada luna nueva. Esta
ocasión fue diferente, comenzó a hablarle a la montaña. Le contó
toda su existencia y todos sus anhelos desde que era escuchador.
Cuando
acabó, una suave brisa rozó su cara.
Aliviado,
se levantó y tranquilamente regresó al poblado.
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