domingo, 24 de julio de 2016

El desayuno


Tenía costumbre todas las mañanas de ir a desayunar a la misma cafetería, y pedir un café y una tostada. Como siempre, me senté al lado de la ventana. Todos los días veía pasar a la misma mujer llorando. Pregunté si alguien la conocía y nadie supo darme una respuesta.

Cogí la taza de café y pegué un sorbo. Pasó delante de la cafetería puntualmente. Esta vez un hombre la insultaba y al empujarla, ella se volvió, sacó una pistola del bolso y le disparó cinco tiros a quemarropa.

El sexto, se lo reservó para ella. 

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