sábado, 15 de agosto de 2020

El tiempo que te di

 
 

Delante de ella, Fede fue incapaz de articular palabra. Se conocieron cuarenta años atrás, una tarde cualquiera de un día cualquiera. Ángela era una chica guapa, de un talle espectacular y una sonrisa arrebatadora. Fede, tímido, delgado de manera exagerada y una melena rubia. Eran de la misma pandilla y él se enamoró desde el primer día. Le hubiera gustado salir con Angela, pero esa fortuna fue para otro, el tiempo y el destino los separó.  Fueron pasando los años y Fede nunca la olvidó, lo había marcado para toda la vida. Hace unas semanas coincidieron en una cafetería y   se dirigió a ella, que enseguida lo reconoció. Volvieron a quedar otro día, para hablar de los viejos tiempos. Él estaba emocionado, había quedado con   la mujer de sus sueños, algo que creyó imposible. Se vieron repetidas veces, hasta el día en que Angela no apareció. Ahora la tenía delante e iba a contarle lo mucho que la quería y que ella había sido para él la única. Sin atreverse a decirle nada, esperó a que llegaran los operarios de la funeraria y taparan el féretro con sus restos. El marido pidió a todos los presentes que salieran. A Fede abatido, que se quedara.

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