Cogió la
cuchara de madera con su mano derecha.
Desde pequeño le prohibieron usar la mano izquierda. Le
ataban el brazo a la espalda. Con una regla de madera le pegaban cada vez que
hacía intención de coger cualquier cosa. Consideraban una maldición que fuera
zurdo.
Introdujo la cuchara
en la amasadora para desbloquearla como tantas veces había hecho anteriormente. Cambió
de mano y en un movimiento brusco e inesperado, las cuchillas le cercenaron el
brazo a la altura del codo.
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