sábado, 26 de septiembre de 2015

El buen samaritano


Esto no se puede repetir más, llevas conmigo más de un año y estamos como al principio. Por mucho que insista si no pones los cuatro sentidos no hay nada que hacer.
La próxima vez que cortes por lo menos que sea en el sitio. Esta vez es la última que te protejo, diga lo que diga tu madre, si no sirves como cirujano cardiovascular te dedicas a la pediatría.


- Perdón doctor
- Sí 
-Vengo a llevarme el cuerpo al depósito

domingo, 13 de septiembre de 2015

Cicatrices te da la vida


La vida te deja continuamente cicatrices. Unas te fortalecen y otras te recuerdan lo frágil que es tu vida. Unas las esperas y otras aparecen cuando menos te lo imaginas. Unas y otras son parte de esa vida que te toca vivir. 
El ser humano es capaz de amar y odiar a la vez y en los dos casos hacer daño en exceso. Del amor al odio no hay una línea fina, la línea es inexistente, hay un vacío de nosotros, de nuestras perspectivas de vida y la de los demás.
La fortaleza del ser humano está en él, al igual que la debilidad. Todo dependerá del mundo que le rodee desde su nacimiento. Y allí estará la clave de su existencia, de sus éxitos y de sus fracasos. De su vida completa o incompleta.
Siempre tienes que dar de ti lo máximo y no por los demás si no por ti, por tu proyecto de vida. Entendiendo como proyecto de vida todo lo que te vaya aconteciendo de forma natural a través de tu esfuerzo, todo lo demás vendrá solo.
La vida sin darte cuenta va pasando y el tiempo es algo que no está al alcance de nosotros, lo que hacemos con él, sí. Ocupamos más tiempo en lo que quieren los demás que en lo que nosotros queremos. Estamos encorsetados en vidas formales.
La educación tiene que buscar la naturaleza humana y aprovechar a cada individuo en su máxima expresión. No confrontar si no complementar independientemente de su visión individual del mundo.
Las utopías están para cumplirse, a largo o corto plazo, al igual que los sueños, si creemos en ellos. La búsqueda de la felicidad nos frustra porque en la mayoría de los casos la establecen los demás y no nosotros. Cada uno tiene que buscar su Grial, y seguir buscándolo hasta que el tiempo te alcance.




jueves, 10 de septiembre de 2015

Hilando sueños


Cuenta la leyenda que las mujeres del  reino de Tesu dedicarían un día a la semana a tejer. Ese día debería ser los jueves, siempre y cuando los sapos no croaran. Se reunían en el castillo del marqués de Soret, todo un caballero.  

Soñadoras con los pies en el cielo y la cabeza en el suelo, tejían y hablaban hasta el ocaso. Practicaban la rebeldía de la inocencia alrededor de un ovillo de hilo y de sus sueños. Cuentan que en luna nueva tejían constelaciones y el arco iris en los días de lluvia.

martes, 8 de septiembre de 2015

El abuelo Segismundo



Tenía la misma cara que mi abuelo Segismundo, que había desaparecido hacía cuarenta años. Mi herencia era el trastero de mis abuelos, que había permanecido cerrado hasta la muerte de mi abuela. El trastero al igual que las antigüedades es mi debilidad.
Mi abuelo, librero de profesión, tenía pasión por la ciencia. Estaba siempre inventando objetos, algunos inútiles, que se almacenaban en él.
Dejó una nota a mi abuela, fechada el día que desapareció, que ella nunca entendió. Decía: “Aurelia no me esperes para cenar, igual me retraso. Si todo sale bien seré famoso”.
Cuarenta años después tenía delante de mí al abuelo Segismundo, bajo la lente del microscopio.