sábado, 21 de noviembre de 2015

La banca gana




Salen sigilosamente de las habitaciones de sus hijos a la vez. En medio del pasillo murmuran lo orgullosos que están de ellos. Un niño y una niña, habían tenido  la parejita. Van al  salón, apagan las velas y se sientan en el sofá que hay frente al televisor. Se tapan con una manta, entrelazan sus manos esperando  que amanezca y se hagan las ocho de la mañana. Llaman al timbre, despiertan y visten a los niños. Junto a ellos y tres maletas, salen de lo que había sido hasta entonces  su hogar.

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