martes, 6 de junio de 2017

Enfermera en prácticas


Lo que usted diga doctor Frankenstein”. Inmediatamente inició el recuento de la grapas que suturaban las heridas distribuidas por todo el cuerpo. Con suma delicadeza comenzó a quitarlas hasta acabar con todas. No tenía mucha práctica en el manejo de las tenacillas y las pinzas, aun así, se sintió satisfecha con su trabajo. Con mucho cuidado impregnó las heridas con Betadine para prevenir cualquier tipo de infección de algún punto. Se percató que algo sucedía y ladeó el cuerpo para ver si reaccionaba. Golpeó su espalda y nada. Entonces fue cuando decidió que lo mejor sería cambiar las pilas al muñeco.

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