viernes, 3 de noviembre de 2017

El mito


Se reía a carcajadas, al recordar como su abuelo Juan le contó de pequeño la leyenda de Dédalo e Ícaro, y como le fascinó. Su abuelo sabía desde su nacimiento que era un niño especial, diferente. Por eso era a Diego a quién más tiempo dedicaba y quería de sus nietos, algo que era reciproco. Ver volar a los pájaros era la pasión de Diego y también su obsesión. Llegó el día de volar como Ícaro lanzándose desde un quinto piso, detrás de lanzar a volar a su abuelo Dédalo.

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