De
toda la vida era la enemistad de las dos familias. Todo empezó por
un asunto de lindes entre sus antepasados. Vicente Colomer y Pepe
Martí habían crecido como se crece en los pueblos, deprisa y con
los conflictos familiares en sus entrañas. En alguna ocasión Pepe
ya le había advertido a Vicente, o lo arreglamos por las buenas o
por las malas. Hasta que una noche en el bar del pueblo Pepe señaló a Vicente y dijo a los falangistas que le acompañaban: Ese de
ahí es el rojo.
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