Sufrir
otra vez por amor, no lo iba a consentir, le advertí que sería la última. Llegué
a casa y estaban sentados en el sofá, en silencio. Me comentan que estaban en
casa de casualidad, ella, venía a buscarme para irnos de compras, él, tenía que
coger unos documentos que se le habían olvidado. A mí, un imprevisto había
hecho que tuviera que regresar a casa a cambiarme. La Invito a comer con
nosotros y acepta amablemente. De primero sopa cubierta, de segundo solomillo a
la pimienta y de postre una tarta sacher. Nos sentamos a comer y un poco más
tarde, el veneno había hecho su labor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario