Se me
hacen pesados los garbanzos en el carrillo de la boca, mastico dos veces, cambio
de lado, mientras, se me hace una papilla repugnante. El potaje es la comida
que más odiamos mi hermano y yo. Aprovecho el momento en que mamá va a tender a
la galería para volcar lo que queda de un plato en el otro. Lo llevo al aseo y lo
vacío en el retrete, vuelvo a la mesa y coloco el plato en su sitio. Guiño el
ojo a mi hermano y al girar la vista hacía la galería, mamá toda rígida, nos
mira con muy mala idea.
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