Había
un pozo en el corral, con su pozal y su cuerda para sacar agua, aunque el pozo estaba
seco y ya no se utilizaba. Alguna vez mi padre, gritando, amenazó a mi madre con
tirarla dentro. Casi todos los días le insultaba, le empujaba o le pegaba algún tortazo, al igual que hacía de vez en
cuando con nosotros. Mi madre tenía costumbre de hacernos salir a mi hermano y
a mí del corral cada vez que mi padre
la maltrataba. Una tarde a la vuelta del colegio, mi madre nos dijo que nuestro
padre, por fin, no volvería, que nos había abandonado y lo celebramos. Poco
después, vi como mi madre tiraba al pozo un par de sacos de cal.
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