Nunca
pensé que volvería a sufrir al enamorarme, como una adolescente en su primera
decepción. Así me siento yo en estos momentos. Cada mañana, al mirarme en el
espejo lo repito como un mantra,"Juan te ama, tu eres la única".
Ahora mismo sentado en la cocina, Juan me acaba de jurar llorando, amor eterno.
Virginia me ha prometido que todo es un malentendido. Los he mirado a los ojos
y mienten miserablemente. Ahora el problema es sacarlos de casa sin que me
vean.
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