Había
pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá. Según le dijeron a Daniel, se
había ido al cielo para proteger desde allí a los niños del mundo. Este año no
quería dejar pasar la oportunidad de estar con su papá,
así lo indicó en la carta que les envió a los Reyes. Un día llamaron a la
puerta, su mamá abrió y vio asombrada a su marido quedándose inmóvil por la
sorpresa. Daniel fue corriendo hacía su papá. Este cogió en brazos al niño y le
dijo:
-Daniel,
no soy tu papá, soy su hermano gemelo Adrián.
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