Mis
cálculos son falsos y solamente tú lo sabes. No hace falta que te diga que tienes
que ser como una tumba, que no dirás nada, porque en esta ocasión me la juego.
Lo confirmé el otro día por la tarde, cuando todo el mundo se había ido, así que,
si se entera, se quién habrá sido. Cuando me acompañes a casa, limítate a escuchar
lo que hablo con Juan, a mi señal me interrumpes, me excusaré y nos iremos. Te
recuerdo que, con estos cálculos, si no hay cambios inesperados, será
sietemesino.
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