domingo, 13 de septiembre de 2020

El pastor poeta

Texto seleccionado en el V Certamen Internacional de Relato Corto de La Esfera Cultural. 


Era una noche de esas que miras al cielo y no ves ni una estrella, como si estuvieras dentro de la boca de un lobo. Andaba de regreso al pueblo con el rebaño, cuando, en mitad del camino apareció una mujer. Llevaba una capa con capucha tan negra como la noche, en la mano sostenía un farol que le iluminaba su rostro. Era la mujer más bella que había visto en mi vida. Sus ojos verdes me hipnotizaron de tal manera que me quedé paralizado. Me acordé de lo que cuentan los viejos del pueblo de las noches tan negras. Dicen que aparece una dama que quiere comprarte el alma para revenderla al diablo, a cambio de un deseo. Noté un escalofrío que me recorría de la nuca a los talones. Me repuse y le pregunté que pretendía, me contestó que estaba esperándome. Sabía de mí que era un humilde pastor, que todas las noches venía hacia el pueblo a la misma hora. Yo le dejé bien claro que no iba a vender mi alma por nada del mundo. Ella sonrió y me contestó que ni la quería ni pretendía nada de mí. Se presentó como Calíope, una de las nueve musas que inspiran a los hombres. Me llamó por mi nombre, Miguel, y conocía el de mi amigo y maestro Ramón. Al despedirse me dijo que escribiría los más bellos poemas por mí nunca imaginados, que mis poesías irían más allá de mí existencia. Que la libreta que llevo en el zurrón, la llenaré de versos increíbles. Conforme vino se marchó y yo continúe camino con mis ovejas. Ramón, en la entrada del pueblo, me esperaba para charlar y leer un rato.

 

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