Empezó
a llorar delante del féretro. La última vez que se vieron y hablaron fue el día
que ella salió de viaje, habían discutido una vez más, despidiéndose con
reproches mutuos. Su amor, se había ido diluyendo poco a poco con el paso de
los años, sin darse cuenta. No habían sido capaces de cultivar ese amor, que
hace echar de menos al otro en su ausencia, al contrario, cualquier excusa era
buena para ausentarse de casa unos días. Allí de pie, delante de él, recordaba
cuando se conocieron y como se enamoraron. A su lado y cogiéndole de la mano,
su amante.
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