Querida
Candela, nunca pensé que te echaría tanto de menos. He aprovechado el tiempo
que estoy sin ti para recordar nuestra historia juntos. Te conocí en la misma
academia en la que estudiábamos, en la que al principio nos hicimos amigos y
con el tiempo acabamos saliendo. Me costó decidirme pero al final con un
pequeño empujoncito comenzamos juntos esta aventura de la vida. Nunca he sabido
que palabra utilizar para decir que eres mi vida, mi razón de ser. Al igual que
nunca he sabido mirarte con tanta pasión como te miro y con el paso de los años
aún un poco más. He creído que me quedaba corto al trasmitir lo que te amo, te
quiero o te deseo, que es tanto que he inventado una nueva manera de medir.
Ahora al quedarme solo me doy cuenta lo importante que eres para mí y no se si
aguantaré tanto tiempo sin ti. Si llego a saber que iba a pasarlo tan mal, hubiera
pegado un bocado a una manzana de esas que te dejan durmiendo, hasta que me
dieras un beso y me despertara. El otoño se ha apoderado de nuestros cuerpos y desde
luego es la estación del año que más me gusta. Es renovación, como nuestro
amor, mi amor, mi pasión, tú y nada más que tú. Tanto tiempo sin ti no se si
aguantaré, llevas dos horas de viaje y no lo soporto. Cuando vengas esta noche será como si siete vidas hubieran pasado sin verte.
viernes, 26 de febrero de 2021
La larga espera
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