viernes, 9 de agosto de 2019

El sapo encantado


Erase otra vez un sapo en una charca. Tomaba el sol todos los días a la misma hora. Un día pasó por allí un lagarto y vio al sapo, le preguntó que hacía. El sapo le contó que era un príncipe encantado esperando el paso de una princesa para que al besarlo el hechizo desapareciera. El lagarto le comento que pensaba que era una rana. El sapo orgulloso le explicó las diferencias entre una rana y un sapo, puntualizando que, de todas las diferencias cabía destacar una, el sapo es más inteligente, aunque mucho más pesado. En el momento que el sapo presumido se explicaba, el lagarto de un lengüetazo se lo comió.

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