Las noticias hablaban de la misteriosa
desaparición de los habitantes de un pueblo en el interior de Galicia. Vivían
no más de veinte personas, que quedaron incomunicados, algo más de siete días por la nieve.
Recuerdo aquel pueblo de
Galicia al que llegué una tarde. Buscaba una aldea alejada de la civilización
para poder vivir de la caza y el mal tiempo me hizo cambiar de planes. Decidí
quedarme en el pueblo esa noche como invitado de Ángela, una anciana muy amable y cariñosa.
El pueblo más cercano estaba a más de treinta kilómetros. Ella me contó que
en invierno solían quedarse de vez en cuando aislados por la nieve, parecía que el tiempo acompañaba para
ello, empezaba a nevar. Ángela me invitó a quedarme en su casa hasta que pasara
la tormenta y se pudiera salir. Amablemente acepté la invitación. Me dijo que
cuando nevaba así, había muchas posibilidades de quedarse aislados por lo menos
una semana. Lo peor de todo es que coincidirá con la luna llena.
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