domingo, 10 de mayo de 2020

Cabo de lana


Nunca fui una persona inquieta, más bien tranquila y reflexiva. No es que cuestionara todo, pero si me gustaba ver los distintos puntos de vista que pudiera tener. Lo mismo me pasaba cuando me vestía, pero más aún cuando me desvestía. Hace cinco días vi sobresalir del suéter de lana  un pequeño cabo, me dio por cuestionarlo y estiré con mucho cuidado. Aquí estoy, desde entonces, intentando desvestirme para meterme en la cama.

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