Vino sin avisar, como el típico familiar que no has visto en mucho tiempo y de repente aparece. Se nos metió dentro, como un huésped en una pensión y se hace el dueño. Como el óvulo y el espermatozoide que forman una vida nueva y lo tienes en tus entrañas. Como cuando te enamoras y te desarma. Vino el miedo y se lo llevó todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario