Su sonrisa me cautivó la primera vez que la vi. Por suerte era la prima de mi amiga Amparo y nos presentó. En mi caso tengo que decir que soy bastante cortado y me quedé con las ganas de pedirle el número de teléfono. Jimena y yo no nos volvimos a ver hasta dos años después. Ahora sentados en un banco del parque, recordamos ese día y sonreímos los tres, Jimena, Pablo nuestro hijo y yo.
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