sábado, 12 de octubre de 2019

Dulces sueños


!A seguir viendo la tele! le espetó el padre al niño, antes que preguntara qué estaba pasando. Vivían con la abuela materna, una mujer huraña, con una cuenta en el banco bastante suculenta. No era la primera madrugada que el niño se levantaba a ver la tele sin que sus padres se enteraran. Lo que no esperaban era verlo en la habitación, mientras uno sujetaba a la abuela, el otro le tapaba la cara con la almohada.   

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