Era
odiada por casi todos que la conocían. Nadie la soportaba, ni hombres ni
mujeres. Muy de salir de noche, sobre todo en época veraniega, en invierno era
más de recogerse. Aun así y todo iban huyendo de ella. Siempre andaba sola o
como mucho con algún familiar. Todo terminó para ella la noche que en plena
calle se despistó y un transeúnte con todas sus ganas la chafó. Pobre cucaracha.
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