viernes, 18 de octubre de 2019

Magdalenas



Nos dejaron sin magdalenas y no les importo una mierda. No se preocupaban nada más que de ellos, los demás les dábamos lo mismo. Siempre había alguno diciendo que no había que darle importancia, pero no, tenían que escarmentar de una vez por todas. Fui a por más magdalenas, las dejé en la cocina, salí al jardín a tomar el sol, mientras, los demás se refrescaban en la piscina. Fui a por el tente en pie de la tarde y nuevamente las magdalenas habían desaparecido. Allí estaban los malditos perros tirados en la cocina. Las magdalenas con matarratas hicieron su trabajo.  

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