jueves, 2 de abril de 2020

Café solo


Lo acusaban de maniático, él se consideraba ordenado. Todos los días eran idénticos desde que se levantaba hasta que se acostaba. Le gustaba tomarse un café solo en taza cada mañana, con dos cucharadas de azúcar moreno. Lo acompañaba con una tostada con aceite de oliva virgen extra.
Sentado al lado de la ventana se distraía observando a todos los que por allí pasaban. Un día vio en primera línea al camión que sin frenos se empotró en la cafetería, pasando por encima de él.

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