Había pasado lo peor, era el mes de julio y estaba en la playa. Decidí escribir un WhatsApp a mis amigos para contárselo, estaba amaneciendo, era el último día de fiesta. Por la noche, esas piernas tan sensuales de mujer iban a sucumbir bajo las llamas, habían cambiado el emplazamiento este año, era el día de la Cremá.
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