Era 31
de diciembre de 2019 y pensaba que su vida era insulsa, monótona, como si no
estuviera vivo. Se levantó del sillón, apagó el televisor y subió a la azotea.
Se puso encima de la cornisa y repasó su último año. Abrió los brazos y miró hacia
abajo. Respiró con todas sus fuerzas, cerró los ojos y retrocedió un paso, un
año más. Ahora pensaba en 2020.
martes, 31 de diciembre de 2019
sábado, 28 de diciembre de 2019
Un deseo casi cumplido
Había
pedido a los Reyes que le devolvieran a su papá. Según le dijeron a Daniel, se
había ido al cielo para proteger desde allí a los niños del mundo. Este año no
quería dejar pasar la oportunidad de estar con su papá,
así lo indicó en la carta que les envió a los Reyes. Un día llamaron a la
puerta, su mamá abrió y vio asombrada a su marido quedándose inmóvil por la
sorpresa. Daniel fue corriendo hacía su papá. Este cogió en brazos al niño y le
dijo:
-Daniel,
no soy tu papá, soy su hermano gemelo Adrián.
El pozo seco
Había
un pozo en el corral, con su pozal y su cuerda para sacar agua, aunque el pozo estaba
seco y ya no se utilizaba. Alguna vez mi padre, gritando, amenazó a mi madre con
tirarla dentro. Casi todos los días le insultaba, le empujaba o le pegaba algún tortazo, al igual que hacía de vez en
cuando con nosotros. Mi madre tenía costumbre de hacernos salir a mi hermano y
a mí del corral cada vez que mi padre
la maltrataba. Una tarde a la vuelta del colegio, mi madre nos dijo que nuestro
padre, por fin, no volvería, que nos había abandonado y lo celebramos. Poco
después, vi como mi madre tiraba al pozo un par de sacos de cal.
viernes, 27 de diciembre de 2019
Crisis personal
Ya era
de día cuando Marcelino regresó todo ensangrentado. Me
hice la dormida y no quise decirle nada. Se desnudó, se duchó, cogió toda la
ropa, bajó al jardín y en un bidón le pegó fuego. Lo oí sentado en la cocina desayunando
y entonces fui a verlo.
Le
pregunté por qué había venido tan tarde y no me contestó, dejando encima de la
mesa un sobre con la paga del mes, hoy era el último día de plazo para evitar
el desahucio. En los últimos tiempos andábamos mal de dinero desde que lo
despidieron. La maldita crisis llega a todo el mundo. Verlo de director de una
sucursal bancaria a trabajar en un matadero, doblando jornada, para él, es muy
duro.
Huerto en barbecho
Le
confesé a mi padre lo que había hecho. Que había sido un accidente y no sabía
qué hacer con el cuerpo. A lo que él sin inmutarse y sin mediar palabra alguna,
me miró y me guiñó el ojo. Cogió la azada y comenzó a cavar en una esquina del
huerto. Entonces me contó que matar era lo que más le excitaba. Me dijo que
la próxima vez me toca hacer el agujero a mí.
Toca cocinar
Nunca
pensé que volvería a sufrir al enamorarme, como una adolescente en su primera
decepción. Así me siento yo en estos momentos. Cada mañana, al mirarme en el
espejo lo repito como un mantra,"Juan te ama, tu eres la única".
Ahora mismo sentado en la cocina, Juan me acaba de jurar llorando, amor eterno.
Virginia me ha prometido que todo es un malentendido. Los he mirado a los ojos
y mienten miserablemente. Ahora el problema es sacarlos de casa sin que me
vean.
Mi capazo
Me
desperté como un día cualquiera, con mi capazo de llevar piedras en la espalda.
Me miro al espejo y a continuación añado una piedra más. Salgo a la calle con
mi globo de helio que me empuja al andar. En cada paso se me va deshinchando un
poco. Cuando llego al lugar de destino ya soy yo quien lo lleva.
Ahí
añado una piedrecita a mi capazo y me siento a esperar. Los asientos son con
clavos que hacen estar alerta en la espera y añado dos piedras más.
El globo de helio ya hace rato que ha desaparecido.
El globo de helio ya hace rato que ha desaparecido.
Llaman
al del capazo y paso, pongo una piedra más y el capazo está casi lleno.
Objetivo casi cumplido. Atento oigo el que.
En ese
momento el capazo me cae encima con todas sus piedras, recojo el capazo vacío y
lo vuelvo a llenar y añado todas las piedras que caben.
Salgo
por la puerta con mi capazo y sin globo, me arrastro como puedo. Llego a casa
con todo el capazo lleno a la espalda, desde ese día compro otro que llevaré en
el pecho. Mañana cuando me despierte estrenaré el capazo nuevo y añadiré una
piedra más.
Así
cualquier mañana que me levanto y me miro al espejo.
La merienda
Lo sé,
soy un nostálgico, aun lo recuerdo como si fuera hoy. Fue hace treinta años
atrás, cuando íbamos los tres en bicicleta por la carretera, entonces al llegar
al pueblo nos desviamos por el camino hacía el convento. Primero paramos en la
fuente, bebimos agua hasta que nos hartamos. En la puerta del convento las
bicicletas las tirábamos al suelo y llamábamos dando tres golpes, salía Sor
Inés y nos daba de merendar pan y chocolate. Un día llamamos y salió Sor Magdalena, le pedimos la merienda, pero nos mandó a casa y nos dijo que por
culpa nuestra a Sor Inés la habían trasladado de convento. Volvimos al día
siguiente y Sor Magdalena enfadada nos dijo que no quería volver a vernos. Una
noche de luna nueva, cogimos y nos llevamos una antorcha pequeña apagada,
un mechero y fuimos dirección al convento. Al llegar a la puerta del convento y
sin hacer el mínimo ruido, encendimos la antorcha y le prendimos fuego a la
puerta. Salidos disparados, a lo lejos vimos como las monjas con pozales
intentaban apagar el fuego. Al extenderse por alguna ventana les costó algo más
apagarlo. Al día siguiente llegamos a la puerta del convento, dejamos las
bicicletas en el suelo y llamamos. Salió Sor Magdalena, con la merienda, pan
con chocolate. Le dimos las gracias y nos largamos. Y así pasábamos todos los
días de verano, con las bicicletas, que no recuerdo de quien eran.
El incidente
Desde el nacimiento de Juan,
Pablo era otro niño. Notó la falta de atención de su madre y eso al niño le
molestaba. Juan siempre le echaba la culpa a su hermano de todo lo que ocurría.
Su madre había dejado a Pablo y Juan jugando en la habitación como cualquier otro
día. Se oyó un grito y ella fue corriendo, en la habitación solamente estaba Pablo y la ventana abierta de par en par. Fue él día en que pasó de hijo mayor
a hijo único.
El cubierto
Cuando
llegué estaban poniendo la mesa para la cena. No me dirigieron la palabra, ni
me miraron. Me dirigí a mi habitación a dejar el bolso y el abrigo, a
continuación, salí al salón. Aún seguían distantes, mi padre más serio, mi
madre más compungida. El único que me hace caso es Gus, mi perro labrador, como
siempre me sigue allá donde voy. Me senté en el sillón sin hacer ningún
comentario y me mantuve callada. Su enfado conmigo dura ya un mes. Desde que tuve
el accidente, no me ponen ni el cubierto para la cena.
miércoles, 11 de diciembre de 2019
Potaje 2
Se me
hacen pesados los garbanzos en el carrillo de la boca, mastico dos veces, cambio
de lado, mientras, se me hace una papilla repugnante. El potaje es la comida
que más odiamos mi hermano y yo. Aprovecho el momento en que mamá va a tender a
la galería para volcar lo que queda de un plato en el otro. Lo llevo al aseo y lo
vacío en el retrete, vuelvo a la mesa y coloco el plato en su sitio. Guiño el
ojo a mi hermano y al girar la vista hacía la galería, mamá toda rígida, nos
mira con muy mala idea.
sábado, 30 de noviembre de 2019
Casualidad
Sufrir
otra vez por amor, no lo iba a consentir, le advertí que sería la última. Llegué
a casa y estaban sentados en el sofá, en silencio. Me comentan que estaban en
casa de casualidad, ella, venía a buscarme para irnos de compras, él, tenía que
coger unos documentos que se le habían olvidado. A mí, un imprevisto había
hecho que tuviera que regresar a casa a cambiarme. La Invito a comer con
nosotros y acepta amablemente. De primero sopa cubierta, de segundo solomillo a
la pimienta y de postre una tarta sacher. Nos sentamos a comer y un poco más
tarde, el veneno había hecho su labor.
martes, 5 de noviembre de 2019
El viaje
A Juan
el sueño le llegó de repente, no pudo resistir que Morfeo lo recogiera entre
sus brazos y lo depositara entre algodones esa noche de luna nueva. Había sido
unas gotitas sinsabor las que le había colocado en la copa de vino y al
tomárselo tardo cinco minutos en hacerle efecto. María lo dejó en calzoncillos,
lo cogió como todas sus fuerzas en dos movimientos y se lo cargó encima de los
hombros. El coche lo había aparcado de culo, le dio a la llave, abrió el
maletero como pudo y lo metió dentro. Cerró y miró a ambos lados para ver si la
había visto alguien, era una noche oscura y fría de invierno. Subió, arrancó y salió
de allí a toda velocidad, encendiendo las luces del coche una vez ya en marcha.
Una hora después llegaban a su destino como estaba previsto, aparcó en la plaza
del barco donde le indicaron y se largó. Cuando Juan despertó dentro del
maletero, intentó salir y no pudo. María se lo había prometido, la próxima vez que
me pegues será la última. El coche se
encontraba a más de cien kilómetros de casa, con destino Argelia.
martes, 29 de octubre de 2019
Vidas robadas
No es
cierto que tengan siete vidas, de niño ya comprobé que a alguno le viene justo
una. El primero que recuerdo fue de los más pequeños, el primer día que lo
saqué a la calle volví sólo. Otro aguantó que lo tirara desde la buhardilla
cuatro veces. También uno que me despertaba todas las mañanas, a la tercera logré
que dejara de molestarme. Te digo que hoy en día vivimos más años que nunca, la
media supera los ochenta y en poco tiempo llegaremos a los cien. Lo que sí
puedo asegurarte al caer en mis manos, es que no llegarás a los treinta.
viernes, 18 de octubre de 2019
Magdalenas
sábado, 12 de octubre de 2019
Dulces sueños
!A
seguir viendo la tele! le espetó el padre al niño, antes que preguntara qué
estaba pasando. Vivían con la abuela materna, una mujer huraña, con una cuenta
en el banco bastante suculenta. No era la primera madrugada que el niño se
levantaba a ver la tele sin que sus padres se enteraran. Lo que no esperaban
era verlo en la habitación, mientras uno sujetaba a la abuela, el otro le
tapaba la cara con la almohada.
jueves, 10 de octubre de 2019
Miope
Gerardo
iba corriendo en busca de su novia para pedirle perdón y retomar la relación. Corría desenfrenado, tropezó
y cayó al suelo rompiéndose las gafas. De lejos vio como Anabel entraba en el
portal de su casa, la llamó sin conseguir que le oyera.Tocó varias veces al timbre sin obtener
respuesta. Se plantó bajo el balcón sin parar de gritar su nombre, a la
vez, las ventanas y balcones se llenaban de curiosos. En un
descuido chafó mal el bordillo, dando un paso atrás y un coche
que pasaba lo atropelló. En ese instante, por la esquina, apareció Anabel. Las
prisas y ser miope le había jugado a Gerardo una mala pasada.
domingo, 6 de octubre de 2019
El Abono
Eugenia
tenía un huerto con flores plantadas en insuperables líneas rectas, parecían
soldados en formación. Cada línea era de un color diferente y si alguna flor
experimentaba la más mínima variación en forma o color, como un perfecta cirujana, la extirpaba del huerto y la sustituía por otra. Su visión era de impecables,
unas flores diferentes a las que hasta ahora se habían visto. Eugenia, según
los lugareños, era muy difícil de tratar y huraña. Regaba las flores de forma
exacta en cantidad y tiempo, como un reloj suizo. El agua que utilizaba para
regarlas no era peculiar, era del suministro general. Se comentaba que el
secreto de sus flores estaba en el abono, que daba un tratamiento especial y que nadie
hasta ahora, había podido averiguar su secreto. La gente que visitaba el pueblo
se hacía eco de las flores de Eugenia. Un pueblo para visitar, acogedor, gente
afable, con un índice de mortalidad elevado.
jueves, 3 de octubre de 2019
La visita
Por
mitad de la calle de un pueblo en Galicia, iba un hombre de apariencia joven,
con sombrero panameño de ala ancha. La noche veraniega era oscura, de luna
nueva, invitaba a ir girándose para atrás más a menudo. En medio de la plaza,
una fuente, de la cual salían de los dos caños unos hilillos de agua, que al caer en el abrevadero
se oía un sonido como si tocaran un xilófono. De pie al lado la fuente, una mujer
vestida toda de blanco mirando a las estrellas, que brillaban con todo su
esplendor. El hombre se acercó y la mujer señalando al cielo le dijo: Allí a tu
izquierda, aquel grupo de estrellas, se llama Hércules, y allí más alejado a la
derecha Libra. Sin esperar respuesta alguna, la mujer comenzó a caminar hacía la
calle que enfrentaba a la fuente y salía del pueblo. Se giró e invitó
con la mirada al hombre a que la siguiera. Él sin dudar un instante fue detrás.
La mujer paró y le dijo: Arístides soy la compañera de tu último
viaje.
miércoles, 2 de octubre de 2019
El despiste
Era
odiada por casi todos que la conocían. Nadie la soportaba, ni hombres ni
mujeres. Muy de salir de noche, sobre todo en época veraniega, en invierno era
más de recogerse. Aun así y todo iban huyendo de ella. Siempre andaba sola o
como mucho con algún familiar. Todo terminó para ella la noche que en plena
calle se despistó y un transeúnte con todas sus ganas la chafó. Pobre cucaracha.
El reencuentro
Entre
las chimeneas y los tejados de aquel pueblo envejecido, iba apareciendo en el
cielo la luna llena. A lo lejos, en las afueras, el sol se ponía con suavidad
entre las montañas, como si no quisiera irse. Por un camino de los que entraba
al pueblo, una pareja cogida de la mano, se recogían hacia su hogar, al son de
la penumbra del ocaso.
Las
luces se iban encendiendo y unos perros ladraban en la lejanía. Abelardo, sentado
en su escritorio bajo la ventana, escribía una carta a su único amor, después
de cincuenta años sin verla volvía esa tarde al pueblo.
Dejó
la carta por debajo de la puerta donde Catalina iba a instalarse y se marchó.
Al regresar hacia su casa vio a una mujer en su puerta y aligeró el paso. Antes
de llegar la reconoció y su corazón se aceleró . Se miraron a
los ojos, sonrieron, se abrazaron y se besaron con pasión, como si fuera cincuenta años atrás. Cogidos de la mano se fueron paseando y sus figuras se difuminaron en la oscuridad de la noche. Mientras , el sol ya dormía en su lecho.
domingo, 29 de septiembre de 2019
El Tiempo
Volaba
con la imaginación desde que era pequeña. Quiso ser soldado, caballero del rey
Arturo, astronauta, pero también quiso ser libélula, colibrí y ruiseñor. De
joven le costaba más elegir. Había sido camarera, dependiente, y limpiadora.
Aun así, no paraba de soñar en ser, bombera, albañil, camionera o mecánica.
Pero
toda la vida la había dedicado a su marido y a sus cinco hijos. Ahora que era
viuda y sus hijos no estaban, había aprendido inglés, a bailar salsa, a viajar
y disfrutar de sus amigas. Y como no, seguía volando con la imaginación. Ahora
quería amar de verdad, pasear cogidos de la mano, tener una conversación
sincera, un beso que llegara al corazón, un abrazo que le traspasara. Todo eso
se marchó pronto, sólo quedó la monotonía, le quedó volar con la imaginación.
sábado, 28 de septiembre de 2019
Soñar
Mientras
se hacía un café como todas las mañana, Natalia pensó en la vida insatisfecha
que vivía. Cerró los ojos y soñó que se transformaba en oruga, que se envolvía
en hilos de seda formando un capullo. Pasado unos días la crisálida se había
convertido en una de las más bellas mariposas que existían. Siguió soñando que
revoloteaba por todo el jardín. Era inmenso, donde duendes y gnomos cuidaban de él, junto a un
grupo de hadas. Volaba por todo la extensión en busca de otras mariposas, pero
era la única que allí estaba. Soñó que
era tan feliz que no quiso despertar. Despertó sin entender nada. Cuando se vio
haciéndose un café como todas las mañanas, Natalia cerró los ojos, soñó que
se transformaba en oruga, que se refugiaba en el capullo de seda. A los pocos
días era una bella mariposa, que revoloteaba por un jardín inmenso, jamás visto
por nadie. Y siguió soñando.
viernes, 27 de septiembre de 2019
Pablo el dormilón
Érase
muchas veces, en un país cercano, vivía un niño que cada vez que tenía que irse
a dormir no quería, sus papás se enfadaban, su hermano se enfadaba y él se
enfadaba.
Todo
cambió una noche en la que Pablo, que es como se llama el niño, se durmió y tuvo
un sueño muy especial.
Soñó
que venía un dragón con dos cabezas llamado Drago, que lo llamaba: chisss, chisss, Pablo despierta. Abrió los ojos y vio montado en una de sus
cabezas a su abuelo. Al verlo saltó de la cama abalanzándose sobre él.
Sus papás
le habían dicho que estaba en el cielo con otros abuelos cuidando desde allí a
todos los niños del mundo.
En ese
momento Drago le dijo a Pablo que se agarrara bien fuerte que se iban a un
lugar muy lejano. Drago empezó a volar. Su abuelo le contó que
vendrán todas las noches siempre que esté solo, que nada más se
duerma viajarán a sitios maravillosos, con la condición de volver antes que
se haga de día.
Esa
primera noche fueron a un lugar donde había niños con lápices de
colores haciendo dibujos. Un duende muy viejo era quien les decía que tenían
que dibujar. Cuando acababan una hada les cogía el dibujo, diciéndoles lo bien que estaba y los guardaba.
Cada
noche se montaba en el dragón, e iban a un lugar diferente, donde niños como él
jugaban, reían y se divertían. Una noche fueron a visitar una fábrica de caramelos y se hartaron de comer.
Todas
las mañanas, cuando su madre lo despertaba, se levantaba rápidamente, se vestía
enseguida, se lavaba la cara y se peinaba. Se preparaba la cartera con todo lo
que necesitaba y desayunaba.
Pablo
se fue haciendo mayor y poco a poco dejó de soñar todas las noches con su
abuelo, solamente si lo echaba de menos. Soñaba que jugaba, que dibujaba, que
volaba como un superhéroe, soñaba y soñaba y soñaba…
Desde
entonces Pablo come perdiz y se acuesta feliz.
La solución
Tampoco
hoy encontré trabajo para la línea de producción. Dentro
de siete días vence la letra de la hipoteca de la nave y el último pago de la
nueva maquinaría. Mi asesor me ha aconsejado que la única solución es vender el
yate, la avioneta y el Ferrari, también dejar de pagar las nóminas unos meses.
Yo me inclino por pegarle fuego a la nave en horario de producción.
jueves, 26 de septiembre de 2019
Redención
Estaba tomándose un café como hacía cada
mañana, con la angustia de saber que él no tardaría en llegar. Se asomó a la
ventana y lo vio acercarse. Oyó abrir la puerta, en ese instante cerró los
ojos y empezó a soñar que volaba, surcaba el cielo con total libertad. Era una
mujer nueva, con ganas de vivir una nueva vida. Abrió los ojos y en ese instante
empezaron los insultos y los golpes. De un empujón se lo quitó de en medio,
cogió la maleta que había preparado, largándose sin mirar atrás. Encolerizado, en vez de ir tras ella, se asomó
a la ventana, empezó a insultarla y amenazarla. Fue tal su ímpetu y su rabia, que
asomó tanto el cuerpo, que cayó, estrellándose contra la acera.
domingo, 22 de septiembre de 2019
Big Bang
Llevaba un tiempo reflexionando
quién era y que era. Pensaba que el cerebro programa el tiempo, los recuerdos y
todo lo que nos rodeaba. Todo era ficticio, vivíamos en la más inmensa soledad.
Cuando entendió todo se encerró en sí mismo. Aceptó que comer o dormir era algo
creado como cualquier otra necesidad. Dejó de comer, dejó de dormir y así hasta
dedicarse solo a meditar. Comenzó a
vivir desnudo, sin dejar crecer ningún cabello en su cuerpo. Un día decidió subir
a la terraza, se situó en la cornisa, lanzándose al vació. Fue contando los
pisos uno a uno de forma decreciente, al llegar al último intento incorporarse
para demostrar su teoría, en el mismo momento que el golpe contra la acera lo
reventaba.
jueves, 12 de septiembre de 2019
La noticia
No
podía parar de llorar al oír la noticia . Pensaba informar antes a su mujer, afirmó el doctor. Fue a bocajarro, las cosas claras desde el principio, me dijo. Siempre
pensé que si me pasaba a mi querría que me lo dijeran sin cortapisas,
claramente. Fue un golpe muy duro, e inesperado, piensas que esas cosas le
pasan a otro. Lloré porque sabía que todo se había acabado. La quería tanto que no sabía cómo explicarle, que mi vasectomía y la calidad del esperma hacían
inviable su embarazo.
lunes, 9 de septiembre de 2019
Liberación
Si
dijera que sentí dolor mentiría, ante su familia no tuve más remedio que
aparentarlo. Ya de vuelta a casa me perdí entre las calles del casco antiguo de
la ciudad, recordando mis años de juventud, cuando íbamos cantando y gritando a
los cuatro vientos. Sin darme cuenta se hizo de noche y decidí dirigirme a casa.
Abrí la puerta, al entrar, un escalofrió recorrió mi espalda. Comprobé cada una
de las habitaciones, a continuación, me puse cómoda y una copa de vino. Sin
encender las luces y en silencio, como siempre, brindé por el maldito
maltratador que acababa de enterrar esa misma tarde.
viernes, 30 de agosto de 2019
Corazones
Fui portada en todas las
revistas médicas y en todos los informativos y periódicos del mundo, el niño de
los dos corazones. Así se empezó a conocerme, algo que duró poco tiempo, pronto
se olvidaron de mí.
Llevaba una vida normal, como
un niño de mi edad, pero era conocido como Pablo el doble de corazones. Mi
abuela para quitarle hierro al asunto y darle una vuelta positiva me dijo,
Pablo tú serás el doble de bueno y el doble de inteligente. También un día me
dijo, hijo te tocará sufrir el doble en el mal de amores.
Con catorce años me enamore por
primera vez, se llamaba Raquel, aunque ella no me correspondió. No sufrí doble
como había aventurado mi abuela. Nunca la olvidé, fue mi primer amor.
Con dieciocho años Leonor me
chiflaba, era una chica diez, la más inteligente y la más guapa de la clase.
Podía conversar de cualquier tema mejor que nadie, era simpática a raudales,
duró tres meses nuestra relación. Se tuvo que marchar con sus padres a
Alemania. Al poco tiempo la olvidé, al contrario que con Raquel, que nunca me
la quitaba de la cabeza. Fui saliendo con todo tipo de chicas, más interesantes
o menos, más guapas o menos, y mis corazones ni se inmutaban.
Era el día que cumplía veinticinco
años cuando noté que mis corazones se aceleraban y latían descompasados, algo
que nunca me había pasado. Busqué con la mirada a mi alrededor y vi una mujer
de ojos verdes esmeralda, pelo moreno azabache, tez morena. Era ella.
La llamé por su nombre y se giró,
le pregunté si me recordaba, que era Pablo, que habíamos ido juntos al colegio.
Sin pararse, a la vez que se alejaba, me contestó que no.
Noté un dolor en el pecho como nunca
había tenido, y me acordé de mi abuela.
miércoles, 28 de agosto de 2019
Incomunicados
Las noticias hablaban de la misteriosa
desaparición de los habitantes de un pueblo en el interior de Galicia. Vivían
no más de veinte personas, que quedaron incomunicados, algo más de siete días por la nieve.
Recuerdo aquel pueblo de
Galicia al que llegué una tarde. Buscaba una aldea alejada de la civilización
para poder vivir de la caza y el mal tiempo me hizo cambiar de planes. Decidí
quedarme en el pueblo esa noche como invitado de Ángela, una anciana muy amable y cariñosa.
El pueblo más cercano estaba a más de treinta kilómetros. Ella me contó que
en invierno solían quedarse de vez en cuando aislados por la nieve, parecía que el tiempo acompañaba para
ello, empezaba a nevar. Ángela me invitó a quedarme en su casa hasta que pasara
la tormenta y se pudiera salir. Amablemente acepté la invitación. Me dijo que
cuando nevaba así, había muchas posibilidades de quedarse aislados por lo menos
una semana. Lo peor de todo es que coincidirá con la luna llena.
sábado, 24 de agosto de 2019
La capa violeta
En un país imaginario o no, vivía un anciano mago que
atrapaba los sueños de todas las doncellas. Los escondía en un recóndito lugar.
Un día llegó al país una familia con su hija. Distinguía a la doncella una capa
de color violeta.
El mago al ver a la nueva doncella le lanzó un conjuro
para atrapar sus sueños. Le fue imposible, lo intentó de nuevo y fracasó.
Entonces el mago preparó una pócima especial e ideo un plan para suministrársela.
El mago se tomó un brebaje convirtiéndose en un
esbelto caballero. Fue a visitar a la doncella, pidió permiso a sus padres y la
invitó a pasear. Otra tarde fueron al campo a merendar. El caballero
le llenó una copa de vino y ella bebió sin saber realmente lo que contenía. Al
instante la doncella se quedó dormida.
Entonces el mago recitó el conjuro para robarle los
sueños. Cuál fue su sorpresa cuando le fue imposible y el engaño no lo
pudo perpetrar. La doncella seguía dormida plácidamente cubierta con su capa
violeta.
La capa entonces le empezó a brillar y el caballero se
transformó en el anciano que era. Al instante se convirtió en cenizas y una ráfaga
de viento del norte se las llevó. En ese momento la doncella despertó, dándose cuenta del engaño cometido. Desde ese día todas las doncellas del país
llevan una capa violeta que brilla con cada logro conseguido.
Inseparables
Julia
y Elena llevaban años siendo inseparables, aunque siempre discutiendo. Julia le reprochaba que
le quitara los novios, lo que Elena siempre negó. Una vez la acusó de haberle
quitado el dinero que guardaba, ella era la única que sabía dónde estaba. Aclarado
el malentendido, quedó una vez más en nada.
Los
padres de Julia intentaban siempre poner orden entre ellas, algo difícil
de lograr. De vez en cuando convencían a Julia para que se tomara las pastillas
que el psiquiatra le había recetado, aunque tardaba poco tiempo en dejarlas.
Harta
siempre de lo mismo, Julia le lanzó un ultimátum a Elena, o desaparecía de su
vida o saltaba por el balcón. Elena intentó tranquilizarla, le prometió que si
se medicaba ella se iría, pero Julia no la creyó, no era la primera vez que la
engañaba. Fuera de sí, abrió la puerta del balcón, mientras Elena trataba de convencerla
por última vez. Desde un séptimo piso Julia se lanzó al vacío.
Allí
estampada contra la acera estaba Julia y Elena, Elena y Julia.
lunes, 19 de agosto de 2019
La noche bochornosa
Era
verano, el bochorno no me dejaba dormir causándome frustración. Me levanté de
un salto, me vestí y me largué. Iba andando cuando por la otra acera me crucé
con un personaje singular. Iba vestido todo de negro, llevaba sombrero de ala
ancha y su perfume se olía de lejos. Se quedó mirándome fijamente de una manera
retadora, dejándome helado. Dio la vuelta acercándose de forma inquietante, al
tiempo que me chistaba, en ese instante aceleré el paso, él también. Pasados
unos segundos decidí parar para afrontar la situación y me dejé alcanzar. El
individuo de tez blanquecina, ojos profundos y voz tétrica me preguntó por una calle. Amablemente le contesté dejándole el cuello abierto de lado a lado.
Una noche más el objetivo cumplido.
sábado, 17 de agosto de 2019
Cuentacuentos
¿Me oyes? Preguntaba el médium a Rosita. Una niña que había fallecido
de forma trágica. Si me oyes haz sonar la campanilla de encima de la mesa, y la
campanilla sonó
Así leía Celedonio a Ezequiel un cuento de fantasmas por primera vez,
el día que cumplía cinco años, como había hecho con sus hijos y con sus nietos.
Era extraño que se empeñara en asustar así a unos niños tan pequeños. Les
decía que era para quitarles el miedo. Lo que aún no se había
dado cuenta Celedonio , que el fantasma era él.
viernes, 9 de agosto de 2019
El sapo encantado
Erase
otra vez un sapo en una charca. Tomaba el sol todos los días a la misma hora.
Un día pasó por allí un lagarto y vio al sapo, le preguntó que hacía. El sapo le contó que era un príncipe encantado esperando el paso de una
princesa para que al besarlo el hechizo desapareciera. El lagarto le comento que
pensaba que era una rana. El sapo orgulloso le explicó las diferencias entre una rana y un sapo, puntualizando que, de todas las diferencias cabía destacar una, el
sapo es más inteligente, aunque mucho más pesado. En el momento que el sapo presumido se
explicaba, el lagarto de un lengüetazo se lo comió.
jueves, 8 de agosto de 2019
Brazo de gitano
La
familia García era muy particular. No les gustaba relacionarse abiertamente con
otras personas. Aun así, eran muy educados y bien considerados
en el vecindario.
Celebraban
el cumpleaños de su hijo pequeño Pascual, su paso de joven a adulto. Una fiesta
por todo lo alto, con toda la familia. Había comida de sobra para celebrar dos
cumpleaños, y la barbacoa era su especialidad.
Pascual
quería que la fiesta se acabará para irse, mandó a su padre a por el postre.
Como era tradición comían brazo de gitano, cada vez más difícil de encontrar,
era el acto final de la transición del joven. Un brazo de gitano especial, lo
cortó y el resto del cuerpo lo volvió a meter en el congelador.
sábado, 3 de agosto de 2019
El autobús
Babú era un indio de la India, no de los que llevan plumas, hablaba el hindi y profesa el hinduismo.
De pequeño quería tener un elefante para amaestrarlo y andar con él por toda la India.
Su elefante lo ha cambiado por un autobús.
miércoles, 31 de julio de 2019
El castaño
La
lluvia los pilló paseando sin lugar donde guarecerse. Corrieron hasta el
castaño centenario que se vislumbraba a lo lejos y se resguardaron bajo de él.
Paró la lluvia y se dirigieron hacia el pueblo, a mitad camino se miraron y se
dieron su primer beso.
sábado, 27 de julio de 2019
Eficiencia energética A+
Llevaba un tiempo reflexionando
quién era y que era. Estaba convencido que la muerte era una invención humana.
Que el cerebro programaba el tiempo, los recuerdos y experiencias. Pensaba que
comer era algo creado como justificación de un mundo con necesidades. Estaba
desnudo como recuerda que nació.
Oyó una voz que lo llamaba y no hizo caso. Volvió a oír como le llamaban y en ese instante abrió
los ojos. Entre penumbras vio una cara desconocida que le decía: ¿soy la
doctora Harumi, recuerda cuando le hibernaron?
martes, 25 de junio de 2019
Amor desalmado
Compró al diablo el alma de la mujer que amaba a cambio de la suya. Lo que ignoraba era que al primero que cobraría sería a él. Intentó deshacer el acuerdo y disparó con balas de oro, como le dijeron. El diablo murió y en él vio el rostro de su amada y el engaño perpetrado.
lunes, 24 de junio de 2019
Amor eterno
Nos apenó que no le quedara ni un recuerdo para rellenar. Era el amor de su vida y lo estaba perdiendo para siempre. Antes de sacar el féretro del tanatorio camino al cementerio, no pudo recordar el último día con ella. Elena había sido su musa, su inspiración, la persona que le hizo ser el escritor de éxito que fue. Estaba destrozado, iba de un lado a otro ensimismado, con el dolor reflejado en su rostro. Hacía tiempo que los recuerdos para Balastar eran borrosos unos e inexistentes otros.
En un instante de lucidez explotó a llorar desconsolado.
Virginidad
Perdí mi virginidad un martes de la misma manera que la podía haber perdido cualquier otro día. Lo primero que hice fue acercarme a él y preguntarle qué hora era.
A continuación, dos tiros en la cabeza y mi primer fiambre.
viernes, 14 de junio de 2019
El pajarillo
Érase
una vez un pajarillo negro y amarillo que todos los días, con los
primeros rayos de sol, acudía al mismo árbol a cantar, saltando de
rama en rama.
Un
día una ninfa que allí se hallaba le preguntó:
-Por
qué vienes todos los días a este árbol y cantas sin cesar?
A
lo que el pajarillo le contesto:
-
Porque estás tú.
jueves, 9 de mayo de 2019
El Paseo
De
toda la vida era la enemistad de las dos familias. Todo empezó por
un asunto de lindes entre sus antepasados. Vicente Colomer y Pepe
Martí habían crecido como se crece en los pueblos, deprisa y con
los conflictos familiares en sus entrañas. En alguna ocasión Pepe
ya le había advertido a Vicente, o lo arreglamos por las buenas o
por las malas. Hasta que una noche en el bar del pueblo Pepe señaló a Vicente y dijo a los falangistas que le acompañaban: Ese de
ahí es el rojo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)